Las pesquerías de Galicia están al borde del abismo

Durante los últimos 50 años se han alterado los ecosistemas costeros de Galicia tan profundamente que se ha puesto en peligro no sólo la sostenibilidad de sus pesquerías de peces costeros, sino también la pervivencia del resto de sus especies y servicios. Esta es una de las principales conclusiones que Juan Freire y yo acabamos de publicar en los Nature precedings, con el pintoresco nombre de «Calming down the seas: the near collapse of an Atlantic coastal fishery».

El resúmen en castellano:

Estimaciones muy divergentes sobre las consecuencias de la sobrepesca en los ecosistemas marinos enfrentan a la comunidad científica desde hace años. El uso de estadísticas de capturas comerciales para estimar tendencias ha sido muy criticado, pero otras fuentes alternativas con series temporales amplias son escasas. Aquí, empleamos el archivo histórico (1953-2007) de las pesquerías recreativas submarinas en Galicia (NW Spain), libre de los problemas comunes a otros registros pesqueros, para estimar cambios a largo plazo en los ecosistemas costeros. Hemos estimado mediante generalized additive regression models (GAM) descensos de un 83% en las abundancias de los peces costeros en los últimos 50 años. En el mismo período el tamaño corporal promedio disminuyó un 36%. Adicionalmente la frecuencia relativa de captura ha disminuido para las especies con mayor valor comercial. La sobrepesca comercial ha llevado a estos ecosistemas tan cerca de su colapso que es necesario implementar medidas que aseguren su reconstrucción integral.

Tendencias temporales en el número de capturas, tamaño corporal y frecuencia de captura. Se representan estimaciones mediante GAM del número de capturas por buceador y campeonato (Catch), del peso del mayor pez  capturado por campeonato (LBSF) y del peso de la mayor maragota capturada por campeonato (LBS ballan wrasse), en Arousa (A), Cantábrico (CA), Costa da Morte (CM), Golfo Ártabro (AG) y Vigo (V). Se muestra la predicción y el SE (líneas punteadas) fijando las covariables cuantitativas en su promedio y las cualitativas en su nivel más frecuente. Finalmente se representan las estimaciones mediante GAM de la probabilidad relativa de captura del LBSF por buceador y campeonato (arriba) y por campeonato (abajo). Se muestra la predicción anual para las especies más frecuentes (>0.25% del total) y el SE (líneas puntuadas). Las especies con probabilidades máximas inferiores a 0.09 no se representaron. Mullet ; g. triggerfish ; s. bass  ; w. seabream ; ballan wrasse.

Y el link a la publicación on-line. Espero que resulte (además de inquietante) lo suficientemente ameno para que sea informativo.

Juan y yo hemos trabajado en este artículo durante mucho (demasiado) tiempo, y verlo pre-publicado (lo hemos enviado para su publicación formal) es una satisfacción enorme. Pero para ser justos, no hubiese sido posible completarlo sin la participación y el apoyo de Enrique Brandariz y de «Manolito» Segade, presidente y secretario de la anterior junta directiva de la Federación Galega de Actividades Subacuáticas.

Cuando salimos del agua

¿Quién no ha sentido curiosidad por conocer lo que se dice de nosotros una vez hemos abandonado una habitación?. Cuestiones relacionadas o derivadas de esta curiosidad han sido ampliamente tratadas por diversos autores. Si el «hombre invisible» de H.G. Wells hacía uso de su particular índice de refracción para colmar su curiosidad en este sentido, la «ventana indiscreta» de A. Hitchcock abundaba en el tema del voyeurismo.

Animados por el espíritu de «Toys» sentíamos curiosidad por comprobar si las abundancias de los peces se mantenían una vez salíamos del agua luego de haber realizado un censo visual.

Después un largo proceso de innovación (que aún continúa), hemos logrado obtener unos equipos de video digital submarino que nos permiten obtener secuencias de duración y calidad preestablecidas. Las secuencias (15 s) siguientes son algunos de nuestros resultados después de 48h de fondeo en las Islas de San Pedro (A Coruña).


La mayor parte de nuestras secuencias tienen este aspecto.


En algunas pueden visualizarse pequeños peces, como estas doncellas (Coris julis).


En muy pocas aparecen sorpresas, como este banco de lubinas (Dicentrarchus labrax) al ataque.


Sopa de plancton nocturna (una curiosidad).

Los casi 9 kilómetros de recorrido que pueden ser visualizados en la imagen, corresponden a una lubina, Dicentrarchus labrax, que hemos seguido mediante telemetría manual durante 2 días (ver anteriores entradas para más información). A falta de un análisis en profundidad de los resultados obtenidos, parece que las lubinas son depredadores más activos de lo que esperábamos (este individuo, de alrededor de 1 kg de peso, mantuvo una velocidad de «natación de crucero» de casi 9 km por hora).

Tanto en el arranque de la ruta (cercanías del desagüe de efluentes de A Coruña), como en el final (la playa de Riazor-Orzán), las lubinas pueden obtener una comida fácil entre los pececillos que abundan en ambas localizaciones.

En cuanto las condiciones del mar mejoren, repetiremos la experiencia con otro ejemplar de la misma especie, que esperamos que nos ayude a entender un poco mejor el uso del hábitat que realizan estos depredadores tan activos.

En el mismo instante en que usted lee estas líneas, bajo las oscuras aguas del Océano Atlántico, una selección de grandes depredadores costeros nos están aportando datos reveladores acerca de su vida íntima.

Área de estudio de nuestro proyecto, al Oeste de A Coruña. Las líneas representan el área cubierta por nuestros receptores (unos 500 m aprox).

Congrios, lubinas y maragotas nos revelan su posición al mismo tiempo que ofrecen información acerca de sus períodos de actividad y descanso. Lo hacen puntualmente cada pocos minutos y lo seguirán haciendo durante los próximos meses (hasta que se les acaben las pilas o alguien los pesque).

Algunas marcas de telemetría (pingers) preparadas para ser insertadas sobre los animales.

Para el desarrollo de la fase de telemetría del proyecto PECOS (aquí más información, y aquí y aquí), nos interesaba conocer el uso que estos depredadores hacen del hábitat, por lo que estamos empleando sistemas de telemetrí­a de última generación: marcas emisoras adosadas sobre los animales y receptores automáticos sumergidos que registran los ultrasonidos emitidos por las marcas. Cada marca emite un sonido codificado (que una vez registrado y descargado en un programa informático) nos permite identificar a cada individuo.

Llevar a la práctica un proyecto como este requiere, además de financiación suficiente (estos sistemas no son precisamente baratos), probar la tecnologí­a (cuestión que resolvimos en las Islas Galápagos durante el proyecto GALANGOSTA) y planificar minuciosamente los trabajos antes de finalmente ejecutarlos. Durante nuestra planificación anticipamos una buena cantidad de puntos débiles que nuestra metodología presentaba a priori. Así que, como es habitual, diseñamos experiencias paralelas para cuantificar los errores derivados de nuestra intervención, así como descubrir las potenciales dificultades ocultas. 

-No, no lo limpie que no es para comer.

-¿Como?.

-Que me lo llevo tal y como está.

Con el cuchillo aún indeciso y una mirada entre alarmada y aliviada, la pescadera no se lo termina de creer.-¿Con escamas y todo?. -Inquiere para asegurarse.

-Si, si, no es para comer. Es para investigar.- Añado inoportunamente a modo de justificación. No lo puedo evitar, cada vez que voy a la pescadería a adquirir un pescado con fines no gastronómicos me siento como un blasfemo. No se si por la propia santidad del símbolo del pez, su milagrería asociada, los santos pescadores o el precio del gas-oil.

-Les vamos a insertar unas marcas para luego seguirlos.

-¡Pero si está muerto!.- Doy un brinco. A estas alturas, toda la clientela me mira sin recato. Algunos con la boca abierta.

-Ya, ya. Este es para las pruebas.- Ahora me siento peor, un criminal. No sólo no es para comer, sino que está destinado a las humildes pruebas, un pescado tan hermoso y ni siquiera será el objeto de una investigación principal.

-Pues en caldeirada, los pintos están buenísimos- me espeta una clienta. No logro discernir si como información desinteresada o como una puya intencionada con ánimo de criticar el despilfarro de fondos públicos destinados a la investigación en general y a esta en particular. O quizás me llevo el único pinto y la familia de la señora andaba con ánimo de caldeirada, las artimañas de las amas de casa pueden ser enormemente elaboradas.

-Yo prefiero la maragota, es más suave- miento para pasar al contraataque y salir zumbando.

Con ese ejemplar realizamos las pruebas de inserción y el test de alcance de las marcas. He de decir en nuestro descargo que por aprovechar el animal, lo descongelamos y volvimos a congelarlo tantas veces que finalmente, además de perder todo parecido con un pinto, olía horriblemente. De hecho hube de esquivar miradas de disgusto por parte de mis compañeros de laboratorio cada vez que abría el congelador. Claro que se que no pueden criticarme en exceso: sus huevas de erizo desecadas en estufa tampoco constituyen el componente secreto de ningún perfume francés (o sí, quien sabe).

Marcado de un ejemplar de congrio (Conger conger).

En un principio ponderamos la inserción quirúrgica de las marcas en la cavidad abdominal. Después una serie de pruebas con la ayuda de Marta Castelo, veterinaria especializada en peces (y otros vertebrados) en cautividad, nos decantamos por una inserción externa. Finalmente hemos desarrollado un método de inserción mediante marcas «T» (o Floy Tags) que resulta tan rápido que no precisa de la administración de anestésico a los animales (aunque no a todos, como veremos). Con este método minimizamos el período de recuperación de los ejemplares y el estrés al que se ven sometidos, cuestión de vital importancia si tratamos con peces.

Inserción quirúrjica de una marca de telemetría.

Un pinto (Labrus bergylta) recién capturado y listo para su liberación después de ser marcado.

La cuestión del cambio en las costumbres y la supervivencia de los animales después de la inserción de la marca sería resuelta mediante el seguimiento de ejemplares mantenidos en cautividad en las instalaciones del Aquarium Finisterrae de A Coruña.

Instalación de la base de cemento para el fondeo de los VR2W (receptores de las marcas de telemetría).

Un vídeo demostrativo de la instalación del mismo receptor.

Una vez que instalamos los receptores en nuestra área de estudio, todo estaba preparado para comenzar la fase final. Solicitamos permisos de pesca experimental para adquirir los ejemplares necesarios y salimos de pesca. En nuestro primer lance obtuvimos nada menos que 3 congrios. Ahí se acabó nuestra suerte, tras varios infructuosos intentos, recurrimos a los profesionales que operan en la zona. Tampoco hubo suerte.

Congrio recién capturado.

Un amigo me aconsejó que me diese de alta en foros especializados en pesca en mar y solicitase colaboración. Así lo hice, ya desesperado en www.rapaleando.com y www.robalizas.net. Todo bien al principio, congratulaciones por nuestro proyecto, numerosos ofrecimientos de ayuda, algún que otro intento pero ninguna efectividad. Cuando los tertulianos comenzaron a discutir acerca de si era acertado o no que pagásemos a los pescadores por las piezas capturadas (inicialmente 10 € por ejemplar, 50 € finalmente), empecé a impacientarme. Cuando empezaron a quedar para tomar cervezas pensé que no íbamos a conseguirlo.

Fue entonces cuando conocí a Carlos, ojillos azules y franca cara de angelote barbudo. El mejor pescador de lubinas de la zona. No quería el dinero, él buscaba feed-back. Quería conocer mejor a sus presas habituales: las lubinas.- Yo me encargo, esto me encanta -me decía muy serio,- me gusta la pesca más que respirar -.

Congrio recién marcado y listo para ser liberado.

En menos de una semana nos solucionó el compromiso: en 2 días teníamos las lubinas (la mayor rondaba los 3 Kg), se organizó con su amigo Chuchi para largar un palangre y obtener los congrios y con Fernando para las maragotas en otra jornada. Estupendo.

De delante hacia atrás: Chuchi, un servidor y Carlos virando el palangre.

  

De hecho capturamos con gran sorpresa 2 morenas (Muraena helena) con el mismo aparejo.

En lo único que no resultó de gran ayuda fue a la hora de echarle la mano a los congrios.- ¡Ay!, que si te muerde te arranca la mano, ¡que yo lo se!. -Finalmente anestesiamos a los congrios, más que para evitar mordiscos, para permitirnos insertarles las marcas sin peligro de insertárnoslas a nosotros mismos en el proceso.

 

¡Atrápame ese congrio!. Unos buenos alicates estratégicamente oxidados son absolutamente imprescindibles.

Con este cartel intentamos difundir entre los pescadores la posibilidad de que pesquen peces marcados para que nos ayuden con nuestro proyecto.

Gracias a Javier, a Tito y a Iván, a Fernando, a Chuchi y (sobre todo) a Carlos por su inestimable colaboración en este proyecto. Gracias igualmente a mis compañeros del Grupo de Recursos Marinos y Pesquerías, a los estudiantes voluntarios que han participado: Palma, Patricia, Pablo, Ana y Rocío (estas últimas autoras del blog sirenitas sin capucha) y a los trabajadores del Aquarium Finisterrae.