El último bacalao

Cuando era pequeño mis padres me obligaban a comer merluza, pescado que yo odiaba y sigo odiando cordialmente. –Aprovecha, ¡que se va a extinguir muy pronto!– me susurraban con aire conspirativo para animarme a tragar el siguiente bocado. Yo esperaba que se extinguiesen durante la próxima media hora para no tener que soportar su sabor nunca más.

Pues bien, según los pescadores, este año hay mucha merluza en Galicia, pero la pesquería se encuentra cerrada por decisión de Bruselas. Y Bruselas decreta el cierre (entre otras cosas) porque los datos de capturas que han venido reportando los pescadores españoles son muy inferiores a los reales. Consiguientemente infieren que las poblaciones están en mal estado y cierran la pesquería. Pero no sólo falla la recogida de datos que aporten información acerca del estado de las poblaciones de peces (algún día escribiré sobre la forma en que se realizan las estadísticas de capturas), la Política Pesquera Común también necesita de una reforma profunda.

Un ejemplo de esta necesidad es el caso del bacalao del Mar del Norte, que por lo que parece podría llegar a extinguirse de forma efectiva ante nuestras narices antes que mi odiada merluza (en realidad podría considerarse ecológicamente extinto en la actualidad).

Bacalao del Mar del Norte fotografiado en Escocia (aquí toda la historia).

En este excelente artículo del Guardian se detalla la cuestión:

Dr Paul Connelly’s criticism follows EU’s recommendation that cod fishing halts in Irish Sea and off west Scotland.

Cod stocks in the Irish Sea and the west coast of Scotland have collapsed because of overfishing and politicians’ refusal to fix low enough catch quotas, according to a leading fisheries scientist who advises the European commission on fish quotas.

Dr Paul Connolly’s comments followed the European commission’s decision on Wednesday to recommend for the first time that all fishing cod in the two sea areas is stopped. The commission has previously stopped short of pushing for such draconian measures in such a wide area of sea because of the political difficulty of placing a ban on fishing such a key species.

Connolly, who is the director of Fisheries Science Services at the Marine Institute in Galway, advises the commission on «total allowable catches» and in 2013 is due to take over as president of the International Council for the Exploration of the Seas (ICES), the oldest marine scientific body.

He said: «Continuous over-fishing has led to a collapse in cod in both these areas. The signs have been there for years and scientists have repeatedly warned quotas must be cut but fisheries ministers have time and time again ignored us. We do not know now whether the stocks will recover.»

The continuing crisis in the Common Fisheries Policy, where 88% of European stocks are overexploited and 30% in danger of collapse, has led the commission to label its own policy a failure. It has not achieved any of its objectives: to protect stocks, provide a sustainable food source and help fishing communities to be profitable.

The proposed bans were the most drastic measures the commission demanded this week designed to reduce the continued overfishing in many waters controlled by the EU. In all quotas for 53 stocks were reduced.

Maria Damanaki, the commissioner for fisheries, warned that if the EU did not reform the policy and reduce overfishing, only 8% of the 136 fish stocks in EU waters would be at sustainable levels by 2022.

 

According to ICES two of the biggest fishing nations France and Spain repeatedly failed to provide data on fish landings. This effectively prevented a realistic assessment of how many fish were actually caught and what was the state of the stock.

«The governments concerned say because there is not sufficient scientific evidence available that the stock is going down, then a higher quota should be fixed. Hiding the information is a political ploy to try and get higher quotas,» said Connolly.

Aware that this is a problem, the commission has reduced its recommended quotas for some of the major fisheries by up to 25%, to try and force governments to supply scientists with the data.

The commission’s decision puts pressure on governments to accept reforms and bring an end to the system where fishing ministers compete to get the best deal for their home industries without considering long-term consequences. As a result, the average quota for catches is fixed 48% higher than scientists advise.

Mike Parks, from the Scottish White Fish Producers Association, based in north-west Scotland, said a «state of anarchy» still exists in parts of the fishing industry where everyone was out for what they could get from a diminishing stock.

Se presta ROV

Ayer se manifestaba en la televisión un científico del CSIC denunciando la falta de imágenes del nuevo cráter submarino en la Isla del Hierro. Comentaba que dentro de 100 años se seguirá estudiando esta erupción y se lamentará la falta de información visual acerca de la evolución del fenómeno.

La erupción desde el espacio. Fuente NASA.

En los primeros días de la erupción varios medios de comunicación daban por hecho el envío de un barco de telefónica con un ROV. Numerosas instituciones disponen de estos aparatos (el IEO, Universidades…) y no entiendo la causa de que no se disponga ya de imagen submarina en el área. Si la temperatura o la turbidez son un problema para los ROVs, la hidroacústica también podría ser útil para obtener imágenes casi a tiempo real. Creo que la ciencia española está perdiendo una oportunidad histórica.

En fin, en el Grupo de investigación en Recursos Marinos y Pesquerías de la Universidade da Coruña, disponemos de un pequeño ROV que puede operar y grabar video hasta una profundidad de 150 m.

Cada vez que lo metemos en el agua se estropea el condenado cacharro, pero si alguien lo quiere se lo prestamos… en serio.

Con mi pensamiento sigo el movimiento de los peces bajo el agua

O al menos esto es lo que cantaba la estatua del jardín botánico de Santiago Auserón, en aquel memorable sencillo de Radio Futura (1981).

La estatua del jardín botánico de Radio Futura en You Tube

Y también es lo que hicimos para estudiar a distancia los movimientos de lubinas, maragotas y congrios y después publicar nuestros resultados en la revista Scientia Marina (aquí toda la historia, y aquí y aquí y aquí y aquí).

 

En la figura se muestran los movimientos de algunos de los peces seguidos mediante telemetría manual.

El artículo (que forma parte de mi tesis doctoral) se publica en el próximo número de Scientia Marina y se resume en un párrafo:

Labrus bergylta, Dicentrarchus labrax y Conger conger son depredadores habituales de los ecosistemas costeros del Noreste Atlántico que en este trabajo se estudian por vez primera mediante telemetría ultrasónica en el medio natural. Se demostró la viabilidad del uso de esta tecnología con estas especies y la información sobre sus movimientos se usó para obtener resultados preliminares a corto plazo acerca de la fidelidad al hábitat, la temporalidad diaria de la actividad y el tamaño del área vital. Se emplearon complementariamente dos métodos de telemetría: seguimiento manual y automático en un tramo de costa caracterizado por su elevado grado de exposición al oleaje (A Coruña, NW Spain). Los C. conger permanecieron en el área durante los períodos más largos (17 días), abandonando periódicamente sus refugios al atardecer o durante las noches para buscar alimento. El tamaño de su área vital fue muy pequeño (604 m2). Los L. bergylta no fueron detectados en los receptores automáticos, pero el tamaño de su área vital (entre 2874 y 5184 m2), evidencia un elevado grado de sedentarismo y movimientos muy limitados. Por el contrario, los D. labrax abandonaron el área durante los intervalos más prolongados (9 días), detectándose igualmente durante el día o la noche. Su área vital fue la de mayor tamaño (hasta 26396 m2), evidenciándose un comportamiento espacial complejo y a gran escala.

 

 

El porqué de mi silencio

Hace ya mucho que no escribía en este blog, pero tenía buenas razones para mi silencio:

Hace aproximadamente siete años volví de una estancia en Brasil con la idea de realizar una tesis doctoral. Por aquel entonces yo formaba parte de la directiva de la Federación Galega de Actividades Subacuáticas (FEGAS) como responsable de su Departamento de Biología. Por ello sabía que en Galicia los conocimientos sobre las pesquerías recreativas en general y submarinas en particular eran muy escasos. Además tenía acceso al archivo de campeonatos de pesca submarina que la FEGAS había acumulado durante los últimos 50 años; y aquel archivo ofrecía una oportunidad única para estudiar los cambios a largo plazo operados en los ecosistemas costeros gallegos.

Mis conocimientos acerca de la dinámica del doctorado eran escasos y poco realistas, así que me fui al Departamento de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología de la Universidade da Coruña para hablar con algunos de mis antiguos profesores. Para ser sincero, recordaba muy vagamente a Juan Freire, pero en cuanto le conté mi idea, se entusiasmó. Le pareció una oportunidad fantástica, y a pesar de que estaba ocupado dirigiendo varias tesis y que en aquel momento no había espacio para mi en el laboratorio, me animó a continuar con el proyecto. Se ofreció a guiarme durante los dos primeros años del Diploma de Estudios Avanzados, y si todo iba bien, durante los tres siguientes de doctorado.

No es un tema especialmente difícil -me dijo- en un par de años, o tres como mucho puedes leer la tesis. Sí, en eso me engañó, pero a cambio me enseñó a empezar a pensar como un científico y nunca dejó de creer que terminaríamos esta tesis (aunque a veces dijera lo contrario, por fastidiar). Durante estos años mi verbo florido sufrió cruelmente con sus inmisericordes tijeras, pero pocas veces hemos tenido que variar la redacción de nuestros artículos (hemos tenido que revisar el inglés, pero eso es porque somos españoles).

Además, Juan hizo algo poco corriente en la relación usual entre doctorandos y directores. Siempre ha valorado mis opiniones, me ha animado a ser creativo, y sobre todo se ha preocupado por obtener fuentes de financiación no sólo para investigar, sino para que yo pudiese disfrutar de un sueldo y consiguientemente de una vida privada ajena a la Universidad. Y cuando las fuentes públicas de financiación fallaron, recurrimos a las privadas y cuando estas también lo hicieron creamos una empresa.

Por todo ello estoy sinceramente agradecido a Juan, mi director de tesis.

He dedicado mi tesis a mi familia y otros animales no sólo como homenaje a los buenos ratos que la lectura de los libros de Gerald Durrell me hizo pasar durante mi adolescencia (gracias a mi madrina por regalarme el primero de ellos); es que mi infancia tuvo también algo de Durrelliana. Según mis padres siempre me han interesado más los bichos que las personas. Por ello, en mis recuerdos de juventud están muy mezcladas mis familias humana y animal: los delfines, mi abuela Margarita y los lorchos de la rampa del muelle de la Graña; el Lagarto, mi abuela Melela y Sigi, con Pipo y Corinto (¡que caballos más bonitos y buenos!) y los langostinos de las charcas de Extremadura (en realidad renacuajos); las vacas de Manuel, el perro pulgoso, los reos del Pozo do Rego, mis tíos y primos durante aquellos veranos interminables en el Pazo do Souto; mi tío foca, las ranas y las colecciones de mariposas; la jauría de perros y primos; y Luquitas y mi Padre.

Lucas era un precioso cachorro de cocker spaniel que mi madre regaló a mi padre dentro de una cajita, cuando ya estaba muy enfermo. Fueron inseparables hasta la muerte de mi padre y ahora no puedo pensar en uno sin que el otro me venga a la memoria. Sigo echando de menos a mi padre, sobre todo, curiosamente, cuando necesito forjarme una opinión sobre alguna cuestión de actualidad. Mi padre era un periodista de raza. Recuerdo que al pedirle su opinión sobre alguna cuestión nunca me daba su opinión personal, sino que me hacía un resumen de todos los puntos de vista. Recuerdo que yo me impacientaba y terminaba por pedirle que me dijera lo que pensaba él realmente. Sonreía, imagino que pensaría en la impaciencia de la juventud, y terminaba por dármela a regañadientes. Gracias papá por enseñarme a ser crítico, algo que me ha sido de utilidad no sólo en esta tesis, sino a lo largo de mi vida.

Para terminar una tesis es necesario dar un golpe de riñones. En mi caso, ese esfuerzo final vino de la mano de mi hija Ada. Diana dio a luz a Ada después de un parto largo, complejo y absolutamente impresionante, el 26 de abril de 2011, pocos días después de haber depositado esta tesis. La proximidad del nacimiento de Ada consiguió que finalizase mi tesis en muy poco tiempo, por lo que verdaderamente Ada nació con un pan bajo su bracito.

Además, para que mi tesis pudiese ser terminada han colaborado muchas otras personas e instituciones:

Todos los miembros del Grupo de Investigación en Recursos Marinos y Pesquerías de la Universidade da Coruña han ayudado de múltiples maneras.

La confianza del presidente de la FEGAS, Enrique Brandariz, de su secretario, Manuel Segade y del resto de la directiva, resultaron absolutamente imprescindibles.

Gracias a Javier (mi suegro), a Tito, a Iván, a Fernando, a Chuchi y (sobre todo) a Carlos por su inestimable colaboración en la pesca de congrios, maragotas y lubinas. Gracias igualmente por su participación en los seguimientos de telemetría y otros trabajos relacionados a mis compañeros del Grupo de Investigación en  Recursos Marinos y Pesquerías, a los estudiantes voluntarios y a los trabajadores del Aquarium Finisterrae.

Agradezco también la colaboración prestada por la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de A Coruña y las Cofradías de pescadores de Ares, Barallobre, Caión, Cedeira, Ferrol, Laxe, Lorbé, Malpica, Mera, Mugardos, O Barqueiro, Pontedeume y Sada.

Me gustaría también agradecer los comentarios de J. Otero (IIM-CSIC) y J.A. García-Charton (Universidad de Murcia), que contribuyeron enormemente a la mejora del contenido de esta tesis.

Mi tía Chus, que lo mismo vale para un roto que para un descosido y te ayuda aunque no quieras, resumió y ordenó la bibliografía de la introducción general. Mi madre y su amiga María Moliner revisaron el estilo (y sobre todo las preposiciones) de algunos de los textos. Mi hermano me ayudó (poco) con el inglés (pero da igual). Mis amigos me ayudaron aguantándome y estando ahí: Charlie, Jorge, Adrián, Eva, Sandrita y todos los pajarólogos. Jorge Candán, uno de mis escasos amigos del Aquarium Finisterrae (de verdad, de los que no te fallan, junto con María Moyano) fue la persona que me presentó en la FEGAS y que por lo tanto me dio la oportunidad de realizar esta tesis. Gracias también a Isabel (mi suegra) por su buena disposición en todo momento, y por fregar mi casa a escondidas cuando no estamos en ella, y gracias a Lupo por ser el mejor perro del mundo.

Finalmente, cabe mencionar que parte de los trabajos de esta tesis doctoral fueron financiados por la Fundación Océano Vivo, por la Xunta de Galicia (Plan Galego de Investigación, Desenvolvemento e Innovación Tecnolóxica), proyecto PECOS (PGIDIT05RMA10301PR), por el Ministerio Español de Educación y Ciencia y por los Fondos Europeos de Desarrollo Regional (ERDF), proyecto CONNECT (CTM2006-09043/MAR).

Y aquí está la razón de todo ello: Comunidades de peces de los arrecifes rocosos costeros de Galicia: ecología e impactos humanos (mi tesis doctoral):.

 Tesis Pablo Pita Web

Y aquí un enlace a mi presentación (no es demasiado estable, lo siento):

http://prezi.com/4gotkqfgjx9s/doctorado-de-pablo-pita/

El nacimiento de un signo

30 metros de profundidad y la visibilidad apenas es de 2 metros. El agua está tan nublada y fría como el día en Cedeira (A Coruña). El fondo es arenoso, pero grandes masas de rocas se insinúan en la penumbra. Me centro en los controles de mi cámara de vídeo mientras Sara, mi compañera de inmersión, se prepara para tomar una muestra del fondo.

Un súbito golpe sobre mi cabeza me aturde durante un instante. Desorientado y un poco asustado, noto un potente zumbido que me hace temer que una embarcación esté pasando sobre mi cabeza. Rozándome. ¡Pero no es posible a 30 metros!.

Me agacho instintivamente y miro hacia arriba para descubrir espantado que un enorme pez torpedo nada sobre mi cabeza y se pierde entre las sombras. Todo ha sido tan rápido que no he tenido tiempo de filmar al animal.

Miro a Sara y me asusto aun más. Parece sufrir un ataque epiléptico. Pero no, trata de decirme algo. Los signos no son claros. No entiendo -gesticulo-. Cálmate, más despacio -le señalo-.

¡El torpedo me ha golpeado en los labios, me ha soltado una descarga y después se ha ido a por tí !-logro entender al fin. Pero a mi no me ha freído la cabeza, como sería de esperar. Imagino que porque estaba ya medio descargado después de dormirle la boca a Sara y mi capucha de neopreno me ha protegido (o porque la tengo hueca, como dice mi madre). Sólo el susto y ese extraño zumbido crepitante dentro de mi cabeza.

Pero, ¡por qué no me has avisado!.

Pues ¡porque no me dio tiempo!. Y además, no hay signos de buceo para: ¡cuidado, que hay un pez torpedo, que ataca la boca y la cabeza!.

Los ojos y espiráculos de un pez torpedo o tembladera (Torpedo marmorata). Estos simpáticos animalitos pueden descargar hasta 220 voltios y 1 amperio.

Pero no era la primera vez que evaluaba la potencia eléctrica de estos peces. Todo aquello me hizo recordar las entrañables descargas de un gigantesco pez torpedo que teníamos que alimentar a mano y buceando en el Aquarium Finisterrae. Llegaban hasta el hombro pese al neopreno. Aunque aquel animal comía pescado troceado, no podía evitar descargar su electricidad antes de comer. Y todo porque a los simpáticos jefes de los que entonces disfrutaba se empeñaban en mantenerlo en exhibición; pese a que estos peces se entierran en la arena y son imposibles de ver por los visitantes.

Detalle de la cola del animal. En realidad recuerda mucho a una sartén (eléctrica).

Pues bien, propongo un nuevo signo con el significado de Pez Torpedo. Puede usarse conjuntamente con el de peligro (puño cerrado dirigido hacia el peligro), con el de problemas en (mano horizontal y oscilando de lado a lado) e indicando por último el objetivo del ataque del condenado bicho.

Signo de buceo propuesto para pez torpedo. La oscilación debe de ser rápida.