Viaje de un (sub)naturalista

Entre el 10 de junio y el 10 de agosto de este año 2007 me encontraré viviendo en la Isla de Santa Cruz (Islas Galápagos) a causa de una estancia de investigación. Mi intención es publicar una suerte de diario de viaje que me sirva de escusa para recapitular y meditar acerca de las vivencias diarias y que pueda poseer un mínimo interés para el lector.

Dado que estos primeros días en las Islas Encantadas están resultando agotadores (adaptación al horario y costumbres locales, primeras necesidades, reuniones con los responsables locales del proyecto…) sirva esta primera entrada como aperitivo, con el compromiso de actualizar este diario semanalmente.

Uno de los emblemas de las Islas Galápagos son sus pinzones, las aves que ayudaron a Darwin en su laborioso proceso de documentación acerca de la mutabilidad de los organismos. He leído bastante acerca de estos animales y siempre había tenido la impresión de que unos pájaros tan famosos, forzosamente habrían de resultar escasos o esquivos. Nada más lejos de la realidad, se trata de aves que no temen en absoluto al ser humano, comportamiento por otro lado habitual por estas latitudes. En los últimos años, algunas variedades de pinzón se han ADAPTADO extraordinariamente bien a los nuevos recursos procedentes de la penúltima de las nuevas especies introducidas en las Galápagos.

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Desayuno con Pinzones.

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Estado del panecillo una vez satisfecho mi compañero de mesa