Las tonterías las hacen los tontos (Gump, F., 1986)

Forrest Gump empleaba regularmente esta frase de su madre que no por más simple es menos cierta. Cada cierto tiempo le encuentro aplicación práctica y la semana pasada se dio uno de estos casos.

En el Grupo de Investigación en Recursos Marinos y Pesquerías de la Universidad de A Coruña y también en Fismare SL, empleamos distintas técnicas de buceo científico para estudiar los ecosistemas marinos. Algunas de ellas pueden ser visualizadas en vídeos de anteriores entradas de este blog (aquí).

Desde hace unos años venimos solicitando permisos de buceo científico para realizar trabajo de campo en las reservas marinas de Galicia y estos se venían concediendo sin mayores dificultades. Hace unos días y de sopetón esto ya no se produce. Parece que recientes cambios en el organigrama de la Xunta de Galicia han provocado que se denieguen estas solicitudes.

denegacion_permisos (pdf con la resolución de la denegación, firmada por el funcionario Fernando García Pelayo, Jefe de Sección de la Gestión Administrativa de la Dirección General de Ordenación y Gestión de Recursos Marinos de la Xunta de Galicia).

En realidad no se ha producido ningún cambio en la normativa que regula esta actividad, simplemente al nuevo funcionario no le entra por el ojo y vuelva usted mañana. No entro a valorar si la concesión de los permisos previos vulneraba o no la legislación vigente (en mi opinión es ambigua, incompleta y poco clara en la atribución de las competencias entre administraciones). Pero si la justicia es ciega, la administración no debería serlo. La administración debería existir para facilitarnos la vida a todos y no para fastidiar al administrado.

No me cabe en la cabeza que en proyectos sufragados por la propia Xunta de Galicia, que se conoce desde hace tiempo que incluyen muestreos submarinos estacionales para los que se han venido solicitando y concediendo permisos regularmente, la concesión cese repentinamente. Según tengo entendido, esto está sucediendo en todos los centros de investigación en Galicia, incluyendo a los de la propia Xunta de Galicia. Impresionante.

Se pretende ahora que los buceadores sean profesionales y que la actividad realizada sea considerada como buceo profesional y no como buceo científico. Pues bien, soy buceador profesional (además de instructor recreativo), he impartido los cursos de buceo científico de la Federación Galega de Actividades Subacuáticas y de la Universidad de A Coruña durante años y considero esta pretensión como una soberana estupidez. Uno de los principios que rigen en el trabajo de campo científico es que se reduzca al mínimo el error derivado de la observación: mejor pocos observadores y que estos no cambien. Por otro lado, bajo el agua se realizan la más diversas investigaciones: yo hago censos visuales de peces y descripción del hábitat, pero mis compañeros de laboratorio evalúan densidades de erizos y otros realizan inventarios de fauna sésil. Conozco algunos arqueólogos submarinos y aunque trabajan bajo el agua, emplean técnicas muy distintas a las que yo domino para obtener resultados que muchas veces encuentro incomprensibles.

Lo que quiero decir es que resulta muy difícil que un buceador profesional, por el simple hecho de serlo, esté capacitado para la realización de cualquier trabajo científico, por muy hiperbárico que sea. Se impone una regulación, que quizá pase por el hecho de denominar al buceo profesional como buceo comercial, y evitar confusiones estúpidas.

Y mientras tanto, déjennos trabajar en paz, que no está la cosa como para estar haciendo el tonto.