(Auto)Control, pinzas de lubrigante y una nueva vuelta de tuerca a la tragedia de los comunes

La pinza de aquel lubrigante, sin exagerar, debía de pesar sus buenos 2 Kg y su tamaño sobrepasaba con creces el de mi propio brazo. Llevaba toda la mañana en una bolsa de plástico y al final del día, nadie se la había llevado para darle (y que!) substancia a un arroz. Su infortunado propietario había fallecido casi inmediatamente de habérsele resbalado a un compañero cuando trataba de introducir sus más de 7 Kg en uno de los tanques de la cuarentena del Aquarium Finisterrae. Nos conocíamos desde hacía poco tiempo, trabajábamos bien juntos, aún nos llevábamos bien entre nosotros y con la dirección del centro, pero nos dio reparo llevarnos aquella maravilla a casa. Hoy en día no lo hubiese dudado y el arroz habría dado gloria verlo.

La razón de que les hable de tamaña extremidad es que calculo que el animal debía de rondar los 20 años de edad (los lubrigantes son muy longevos). No resulta frecuente capturar hoy en día un animal de esas dimensiones, debido fundamentalmente a la sobreexplotación de los recursos marinos. Hoy hay menos lubrigantes que hace 50 años, y además estos son más pequeños. Los efectos derivados de la tragedia de los comunes (Hardin, 1968) han venido actuando estos años como una verdadera fuerza evolutiva.

Pescadores en puerto con sus capturas.

Que haya menos lubrigantes es un problema ecológico y económico (o sólo económico finalmente, siendo pragmáticos), pero: ¿que pasa si los lubrigantes son más pequeños?.

Juvenil de lubrigante (Hommarus gammarus) recién liberado en la Reserva Marina de Interés Pesquero de Os Miñarzos. Varios miles de estos juveniles fueron criados en el Instituto Galego de Formación en Acuicultura para repoblar estas aguas.

En la biología artropodiana, la talla corporal mantiene una relación directamente proporcional respecto al número y calidad de las puestas. Cuanto mayor es un organismo, mayor valor reproductivo (o fitness) posee. Esta relación no solo se da entre los artrópodos marinos, sino que articula (perdón) una regla biológica de general cumplimiento.

Disponer en una pesquería de animales de gran tamaño, con una fitness elevada, supone tener asegurada una alta tasa de renovación de los recursos pesqueros. La hipótesis BOFFFF (Big, Old, Fat, Fecund, Female, Fish) impulsada por el trabajo de los investigadores Alan Longhurst y Steven Berkeley desarrolla este supuesto. Pero para ello, resulta necesario no pescar algunos ejemplares para permitir su máximo desarrollo.

Una forma de conseguir este objetivo consiste en el (auto)control. Si los pescadores mantienen una veda permanente en una área marina de una extensión suficiente (o reserva integral), habremos creado un santuario donde los animales podrán reproducirse y exportar biomasa a las áreas circundantes, puesto que los recursos de la reserva integral son limitados. Así funciona una área marina protegida (AMP). Pero: ¿como gestionamos esta nueva comunidad?.

Panorámica del Puerto de Lira, A Coruña.

Por anteriores entradas de este blog, ustedes conocen de la reciente creación de la Reserva Marina de Interés Pesquero de Os Miñarzos (RMdIPOM) en plena Costa da Morte gallega, de la exclusión de los pescadores recreativos submarinos de la misma (no así de los recreativos en superficie) y de mi opinión al respecto. Mi opinión en calidad de perito es la que deseaba conocer el juez encargado de la resolución del conflicto entre la FEGAS y el decreto de creación de la RMdIPOM de la Xunta de Galicia. La pregunta clave: ¿conoce ud. alguna razón para la exclusión de los pescadores recreativos submarinos y no la de los pescadores recreativos en superficie?.

– Ninguna.

Pescador recreativo en la RMdIPOM.

Tomé tiene una casa, pero nunca está en ella. Es uno de esos personajes de película. Un animal con una personalidad muy desarrollada, que vive a la intemperie entre O Pedrapás (el bar del muelle de Lira) y el puerto de Lira, porque le gusta estar entre los pescadores. Se preocupa cuando embarcan y zarpan, amaga con saltar a bordo, y finalmente corre en paralelo con la embarcación que se aleja todo a lo largo del malecón, ladrando prudencia y por un seguro retorno. Tomé está ya jubilado, por eso no se embarca como antaño. Pero mantiene una ocupación en activo: la vigilancia.

Tomé delante del Pedrapás, el bar de los pescadores de Lira.

Nadie se explica cómo los distingue, pero cada vez que un vehículo de la autoridad se acerca al muelle, Tomé le sale al paso ladrando sus avisos a quien quiera y a quien no quiera escucharlos. Ustedes podrán pensar que es relativamente sencillo distinguir a un coche de la policía o de la vigilancia de la Xunta de Galicia por sus luces de emergencia, pero Tomé avisa hasta cuando se acercan en coches de turismo camuflados. Palabra.

Tomé es quizá uno de los últimos herederos de aquella Costa da Morte ancestral. De naufragios y asaltos entre brumas nocturnas, donde la autoridad se ejercía desde muy lejos y chocaba contra lo indómito de sus gentes y arrecifes.

La gestión comunal de la RMdIPOM se acerca a una encrucijada. Lo fácil es seguir el modelo de Tomé, convertir la zona en un coto cerrado. Las autarquías pueden funcionar, efectivamente. Pero: ¡que oportunidad perdida para instaurar un modelo de gestión abierto para todas las actividades que concurren en las áreas costeras!. Dejar fuera a los pescadores submarinos por no tomarse la molestia de integrarlos en un modelo de gestión común es un fracaso evidente de los actuales gestores pesqueros.

Una pintarroja (Scyliorhinus canicula) en aguas de la RMdIPOM.